Venezuela tierra de orquídeas, araguaneyes y turpiales, cuna del gran libertador Simón Bolívar, madre de escritores como Andrés Bello, Simón Rodríguez, Rómulo Gallegos y entre otros grandes literatos que marcaron la historia de la literatura latinoamericana. Patria de pintores como Carlos Cruz-Diez, Manuel Cabré y Luis Álvarez de Lugo que enaltecieron la belleza del paisaje venezolano e hicieron de esta gran nación, un referente importante del arte en el contexto internacional. Nación de Franco de Vita y Ricardo Montaner grandes exponentes musicales. Verte hoy de rodillas, sometida por un régimen de terror que estrangula el progreso y que extinguió las nobles instituciones que un día te hicieron grande, que catapultó la corrupción que corroe las arcas del Estado, al mismo tiempo que convirtió la libertad de su pueblo en el sirviente de tú despacho. Es esta la Venezuela que grita por auxilio, gritos desesperados, que muchos pretenden no escuchar. Dios no quiera que la costumbre al
El auge de la economía digital y la aparición las economías colaborativas en 2010 han puesto nuevos retos a los Entes de Vigilancia y Control del mundo obligándoles a tener que reinventar un nuevo arsenal de herramientas y metodologías con el fin de garantizar la libre competencia en los mercados y velar por el bienestar de los consumidores. En ese orden de ideas, la protección de los datos personales de los usuarios de las plataformas digitales ha empezado a ganar cada vez más atención, escándalos como el de la empresa Cambridge Analytica quien utilizó y vendió, sin pedir permiso, los datos de los usuarios de Facebook para ser usados en campañas políticas como la que llevó a Trump a ocupar la Casa Blanca, y la reciente confesión de Facebook de haber dado acceso especial a los datos de sus usuarios a empresas chinas como Huawei, Lenovo, OPPO y TCL (La primera señalada por el servicio de inteligencia de los Estados Unidos como amenaza a la seguridad de ese país), han encendido las